jueves, 22 de noviembre de 2012

Práctica 6.3


Mi primera entrevista



Aún puedo recordar mi primera entrevista de trabajo. Yo tenia 16 años y todo un verano por delante, así que decidí echar mi curriculum, bastante pobre por aquel entonces, por diversos establecimientos costeros. Supermercados, heladerías y puestos de comida rápida fueron mis primeras opciones. La primera fase, la de entregar los curriculums estaba echa; ahora faltaba recibir la ansiada llamada, la que me diría si obtendría mi primer trabajo o no. 

Esa llamada llegó, tras echar el curriculum vitae en 15 sitios distintos, al fin alguien había pensado en mí para el puesto. Era una empresa de comida rápida; “Burguer King”. Hablamos escaso tiempo por teléfono y concertamos una cita para realizar una entrevista.

Llegué allí bastante nervioso, mi mayor temor en ese momento, y aun que ahora me resulte ridículo, no era enfrentarme a la entrevistadora; era el saber si trabajaría cara al público o en la cocina. Me avergonzaba que mis amigos y conocidos me vieran tras ese mostrador con esa gorra repartiendo hamburguesas. Ahora me río de la situación, pero realmente me preocupaba.

Debían ser las 6 de la tarde, entré en la hamburguesería y nos sentamos a hablar en el propio establecimiento. Todo fue muy bien, la encargada entendía que era de mis primeros trabajos y que necesitaría aprender desde cero. Me tranquilizó diciéndome que era fácil y sencillo y que el entorno en la plantilla era muy cordial y amigable. Era cierto.

Realmente no fue una selección de personal dura, la chica me formuló preguntas del estilo: “¿te gusta hablar con la gente?” “¿Eres sociable?” “¿hablas algo de inglés?” “¿sabes algo de ofimática?”... nada que no pudiera responder y salir airoso. No ensaye nada, a decir verdad, creo que no estaba preparado para una entrevista en aquel momento, pero fui e hice lo que mejor se me daba hacer; ser yo mismo e improvisar. Mi curriculum tampoco ayudaba mucho, ya que había trabajado con anterioridad en algunos almacenes como mozo de carga, pero dudo mucho que mi experiencia en ese sector me ayudara a conseguir el puesto en una cadena de restaurantes.

La entrevista estaba legando a su fin y yo estaba bastante satisfecho, pero antes de terminar me preguntó si tenia alguna duda, si necesitaba saber algo o tenia alguna pregunta para ella. Y lamentablemente mi respuesta fue que sí. No se me ocurrió otra cosa que decirle si podía trabajar en cocina, dado que me atemorizaba que me vieran. Ahora, echo la vista atrás y veo la falta de tracto y respeto que tuve. Ella solo pudo mirarme y reírse, no con malicia ni maldad, si no con una sonrisa cómplice; como queriéndome decir, -tranquilo, hemos pasado todos por ahí-. Eso me tranquilizó. Tras eso nos levantamos y nos despedimos. Lo último que me dijo fue el típico “ya te llamaremos” tan característico en las entrevistas y castings.

Yo salí muy contento de allí, la verdad es que creía que el puesto era mío. No me percaté de los errores cometidos en la entrevista. No me vestí adecuadamente, no me preparé nada, en mi curriculum no destacaba nada para conseguir ese puesto y la verdad es que mi actitud al finalizar la entrevista diciéndole que me “avergonzaba” trabajar allí tampoco ayudaría mucho… aun así me llamaron; y comenzó mi primer verano trabajando. Fue duro, divertido y diferente, fue mi primer trabajo y mi primera entrevista; algo que nuca olvidaré.

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