Redes Sociales
Desde hace un tiempo estoy metido en el mundo de las redes sociales, más concretamente llevo en Facebook dos años y en Twitter uno. Y he de decir dos cosas, estoy contento con mis perfiles, pero no son los adecuados.
Mi cuenta en Facebook la cree con fines laborales, pero poco a poco ha ido convirtiéndose en una red social más cercana a los amigos que al sector profesional. En ella no doy la imagen que quiero ofrecerle a una empresa. También es cierto que tengo absoluta privacidad, dado que he cerrado todos mis contenidos para que sean solo visibles por mis “amigos”. En una red social cómo esta, lo que se espera de uno es profesionalidad y seriedad, no que aparezca en todas sus fotos con copas en la mano y de fiesta. Hay que mentalizarnos que Facebook es un lugar en el que darnos a conocer y en el cuál podemos ofrecer al exterior su primera impresión de nosotros. Y una primera impresión es difícil de cambiar, así que más vale cuidarla.
En cambio si que me enorgullece decir que tengo una cuenta en Twitter y que la gestiono más o menos bien. En ella soy bastante profesional. Intento tener un timing y twitear solo las cosas que me parecen interesantes, sobretodo dentro de mi campo profesional , que es el de la publicidad y la redacción literaria. Aunque algunas veces eso se me vaya de las manos y acabe publicando “twetts basura”. Tengo unos 400 seguidores y gracias a ella he recibido varias ofertas de trabajo. La considero un escaparate, por ello hay que intentar cuidarla día a día.
He descubierto que existe una gran diferencia entre estar o no estar en las redes sociales. Internet es un gran escaparate en un mundo globalizado. Algo que yo escribo y dejo en la red es algo que cualquier usuario del mundo puede coger y leer. ¿Puede haber algo más grande y bueno para darse a conocer? Tenemos una oportunidad de oro ante nuestros ojos; es nuestro deber cogerla y aprovecharla.
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